Carmen en su tinta: Promoción de libros: Miserable. El guardián de los pensamientos, Guillermo Cerviño Porto ( Letrame, octubre 2020)

Guillermo Cerviño Porto tiene nuevo libro: Miserable. El guardián de los pensamientos. Misterio, terror psicológico, fantasía...

Qué placer promocionar libros de autores ya leídos, autores con los que he disfrutado de sus historias y de sus letras. Leí Los Secretos de Sara de Guillermo Cerviño Porto en 2015 y fue una agradable sorpresa lectora.

La ficha técnica del libro la podéis consultar en la página web de Letrame Grupo Editorial.

Argumento

El miserable reside en las entrañas de una prisión oscura y desubicada. Padece a diario los tormentos de la tortura e incluso así su cuerpo se resiste a abandonar. Vaga por los patios. Se arrastra por los pasillos. Nadie sabe quién es ni de dónde ha salido. Adán está encerrado en una celda diminuta donde las palabras están prohibidas. Donde los recuerdos están prohibidos. Y los hechos que se suceden a su alrededor escapan a los razonamientos y rivalizan con la misma realidad. Cada día que pasa se pierde un poco más en los laberintos de la locura que parece habitar en cada esquina, en cada recoveco. ¿Cómo ha llegado allí? ¿Cuál ha sido su delito? ¿Por qué esa brutalidad por parte de los guardas? A través de su compañero de celda, Adán encontrará un vínculo entre el miserable, ese extraño ser que habita en la celda número 354, y el motivo de su condena allí. Un cuaderno de gruesas tapas marrones que relata sus memorias y lo traslada al Londres de siglos pasados.

Extracto:

«—¿Qué le ocurre a ese hombre, mamá? —escuchó que decía—. ¿Por qué no se mueve?
Y vio cómo la mujer apuraba el paso sin detenerse. Sin posar siquiera su mirada en el hombre de la acera. El chiquillo iba de su mano y trastabilló hasta casi caerse intentando seguir sus pasos. Su cabeza girada hacia el extraño de la acera. Hacia su yo de ahí abajo. Sus labios pronunciando palabras que ya no podía escuchar.

Al tiempo que uno de los hombres que lo rodeaba hacía el gesto de llamar por teléfono —tal vez para pedir una ambulancia—, la imagen se agrandó. Ahora lo ocupaba todo, como la pantalla gigante de un cine, y una suave tonalidad de colores sustituyó al sepia.
Aquello supuso un pequeño alivio para él, y sin saber qué hacer, decidió tomar detalle de lo que veía.

El cielo era de un azul opaco y apagado y algunas de las farolas de la casi desierta avenida empezaban a parpadear y a encenderse. Otras ya derramaban su amarillenta luz sobre el gris de las aceras y sus puntiagudas sombras se alargaban en perfecta fila india hasta perderse a lo lejos. Las imaginó como alabardas en gigantes manos de hojalata. La luz infernal brotando por las rendijas de sus yelmos. Vio, también, transeúntes rezagados que apuraban sus pasos de aquí para allá. Apariciones lastimosas. Seres sin alma entregados a la monotonía de la ciudad, tambaleándose como momias, casi arrastrándose del cansancio. Todos aquellos rostros reflejaban mal humor. Un disgusto sumiso. Un «basta ya» reprimido tras unos gestos arrugados y constreñidos. Pensó que quizá estuviesen ultimando las compras del día. Agotando los pocos minutos libres de una dura jornada de trabajo, con la amenaza de repetirse al día siguiente. Casi todos ellos pasaban indiferentes. Algunos echaban un breve vistazo y continuaban cabizbajos, con la mirada resignada y somnolienta. Solo unos pocos se paraban ante el extraño de la acera. Ante el loco de mirada perdida que hablaba solo en medio de la calle.

Él no quería esa clase de vida. Y por eso mismo estaba allí. Ahora lo sabía».

Guillermo Cerviño Porto nació en Pontevedra en el año 1978. Es colaborador esporádico de la revista PontevedraViva y autor de otras novelas, como Los secretos de Sara (editorial Verbum) o la recopilación de relatos de terror Historias Extraordinarias (Kindle direct Publishing).

Desde muy joven escribía relatos e historias y jugaba a continuar las obras de grandes autores, siendo sus géneros preferidos el terror y la fantasía, pero no fue hasta el 2010 cuando, alentado por sus allegados y lectores cercanos, decidió dedicarle más tiempo y esfuerzo e incurrir en otros géneros, como la novela negra. Desde entonces ha publicado en editoriales pequeñas y autoeditado relatos y también participado esporádicamente en certámenes y plataformas. Algunas de sus historias aparecen en antologías como Sueños (editorial Ojos Verdes), Relatos na Rua (editorial Elvira) o La calera de Torralbilla (de la asociación Plazuela de los carros).

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