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Literatura para mejorar nuestra salud mental

El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental para concienciar acerca de los problemas de salud mental en todo el mundo.

Todos luchamos diariamente con nuestros miedos e inseguridades, todos tenemos una madeja de preocupaciones difícil de desenredar y que nos provoca angustia, estrés y ansiedad.

No dudéis en buscar ayuda profesional si os sentís desbordados y estáis sufriendo.

La salud mental es un derecho humano fundamental. Es un estado de bienestar mental que nos permite hacer frente a los momentos de estrés que surgen o puedan surgir. 

La definición de salud propuesta por la OMS es tener un "estado de completo bienestar físico, mental y social, no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades".

La literatura nos puede ayudar a mejorar nuestra salud mental, a entender sentimientos de angustia, estrés y ansiedad. Además, tened en cuenta que la lectura nos conecta con nosotros mismos y es una buena forma de meditación. 

Leer nos ayuda a evadirnos y a identificarnos con historias y vidas.

Yo he seleccionado una serie de libros de ficción que considero pueden ser muy beneficiosos para nuestra salud mental. Si vosotros sabéis de alguno más no dudéis en señalarlo para que la selección sea más completa. GRACIAS.






El hombre que quería ser feliz: Una fábula moderna acerca de la búsqueda de la auténtica felicidad, de Laurent Gounelle.




Cuando por curiosidad, el protagonista de esta novela decide acudir a un curandero antes de finalizar sus vacaciones en Bali, está lejos de sospechar que padece «infelicidad». Se inicia entonces una larga y fructífera conversación con el curandero en la que Julian verá derrumbarse, uno a uno, los pilares que sostienen su vida. 

Como muchos occidentales, Julian ha llevado siempre una vida muy ajetreada aparentemente feliz y exitosa, pero que esconde en realidad un poso de amargura que amenaza con arruinar su vida. A lo largo de sus repetidos encuentros con el curandero, Julian deberá descubrir cómo liberarse de lo que le impide ser realmente feliz y decidirá tomar, por fin, las riendas de su vida. Una reflexión, en forma de parábola, acerca del auténtico sentido de la felicidad.



Abril encantado, de Elizabeth von Arnim.


Lo mejor del humor británico y de la novela romántica.

«Para aquellos que aprecian las glicinias y el sol. Se alquila pequeño castillo medieval italiano durante el mes de abril.»

Un lugar encantador adonde acudirán cuatro mujeres inglesas, hartas y aburridas, escapando de la rutina. Allí, en primavera y en pleno Mediterráneo, conversan, viven y descubren los mejores matices de su sensibilidad, oculta por la monotonía cotidiana. Y todo empezará a cambiar, quizá para siempre.

Esta comedia de Elizabeth von Arnim, una de las escritoras más leídas de principios del siglo XX, brinda tanto placer y fascinación hoy como entonces.




Donde nadie me espere, de Piedad Bonnett.


Una novela de Piedad Bonnett que nos habla de la redención, la soledad y las segundas oportunidades.

Gabriel ha renunciado a la normalidad de la vida para perderse en una dolorosa búsqueda de su lugar en el mundo. A sus treintaiún años inicia esta narración en la que vuelve sobre sus pasos para intentar descifrar cómo ha llegado a convertirse en el hombre que es ahora.

Con una prosa tan hermosa como desgarradora, en esta novela Piedad Bonnett nos habla de la soledad, la angustia y la posibilidad de redención de un hombre que cae hasta tocar fondo.



La campana de cristal, de Sylvia Plath.



Esta es la historia de una chica que tiene todo lo que una joven puede desear en el Nueva York de los años cincuenta: una carrera prometedora, un pretendiente que estudia medicina y toda una vida por delante. Esther Greenwood ha ganado una beca para trabajar en una revista de moda en la gran ciudad y siente que por fin podrá realizar su sueño de ser escritora. Pero entre cócteles, noches de fiesta y pilas de manuscritos descubre una sociedad que repudia las aspiraciones de las mujeres y su vida empieza a desmoronarse. Esther -alter ego de la autora- se encierra en sí misma, como si estuviera atrapada en una campana de cristal: respirando continuamente el mismo aire viciado y sin posibilidad de escapar.




Manual para mujeres de la limpieza, de Lucia Berlin.


Con su inigualable toque de humor y melancolía, Berlin se hace eco de su vida, asombrosa y convulsa, para crear verdaderos milagros literarios con episodios del día a día. Las mujeres de sus relatos están desorientadas, pero al mismo tiempo son fuertes, inteligentes y, sobre todo extraordinariamente reales. Ríen, lloran, aman, beben: sobreviven.

Cada cuento es una mirada lúcida sobre la fragilidad humana, todos destilan una compresión profunda del carácter femenino y captan magistralmente las debilidades, fortalezas y particularidades sin imposturas ni solemnidad. El conjunto es de una autenticidad y una candidez desarmantes, unos cuentos vitales y luminosos.
Un libro que relata las angustias y depresiones de muchísimas mujeres, y de la misma autora, y su manera de vivir y sobrellevarlo.




Diario de un cuerpo, de Daniel Pennac.




Diario de un cuerpo es el relato en forma de diario de la vida de un hombre desde 1936, cuando el protagonista tiene doce años, hasta su muerte en 2010.

«No tendré más miedo, no tendré más miedo, no tendré más miedo.» Estas son las primeras palabras que repite el protagonista de esta original novela. En un principio, parece que no es más que un niño de doce años que escribe un diario porque tiene miedo a su madre, a los espejos, a las hormigas... pero su temor más grande es que muera Violette, la mujer que lo ha cuidado desde que murió su padre. 

Desgraciadamente, a Violette no le queda mucho tiempo y él se quedará solo con una madre que nunca lo ha querido. Hasta aquí no parece que el suyo sea diferente a cualquier otro diario. Sin embargo, sus intenciones van mucho más allá de la mera recopilación de estados psíquicos: quiere escribir acerca de su cuerpo y de todos aquellos descubrimientos que experimenta a través de este. Nada escapa a su curiosidad. Por eso, no hay pudor en él sino descubrimiento y naturalidad. No hay prejuicios sino la firme voluntad de hablar del despertar físico y de las nuevas sensaciones que le permiten cambiar su manera de relacionarse con el mundo.



La señora Dalloway, de Virginia Woolf.



Clarissa Dalloway es una mujer de cincuenta y dos años de la alta sociedad londinense, casada con un diputado conservador del parlamento británico y madre de una hija adolescente. Un día de junio de 1923, se prepara para dar una fiesta en su casa aquella misma noche. Allí se rencontrará con amigos que hace muchos años que no ve. Mientras pasea por las calles londinenses ultimando los preparativos, Clarissa se encuentra inmersa en sus propios recuerdos y examina las decisiones que ha tomado a lo largo de su vida, como su romance de infancia con Peter Walsh.

Pasado, presente y futuro se entretejen en este relato que, a través de las complejas vidas interiores de sus personajes, consigue explorar los límites de la experiencia humana. Por su narrativa cargada de lirismo, capaz de reseguir con maestría los monólogos interiores de los protagonistas, y su reivindicación de la condición femenina, La señora Dalloway se ha convertido en una de las novelas más revolucionarias e imprescindibles del siglo XX.





Nada se opone a la noche, de Delphine de Vigan.


Una madre muere repentinamente y su hija decide investigar. Pero la desaparición ha sido voluntaria. Y el suicidio, por tanto, transforma la investigación en reconstrucción de una vida. 
Así es como tendremos el privilegio de asistir a la crónica de una familia, el hermoso retrato de los despreocupados Poirier, «precursores de la burguesía bohemia». Su vórtice es Lucile, surcada de cicatrices y sombras, siempre con la impronta de la enfermedad mental. Una niña hermosa y una bellísima mujer que, tras el telón de un entorno próspero y dichoso, se siente empujada a un cuarto oscuro de miedo, silencio y devastación. Así, poco a poco, a ritmo de intriga, la autora, cronista e hija, compone un retrato asombrosamente conmovedor y sincero, formado de personalísimos recuerdos y datos familiares que dibujan finalmente un lazo terrible pero no falto de amor.



De vidas ajenas, de Emmanuel Carrère.


En este libro, Enmanuel Carrere habla de la vida y la muerte, de la enfermedad, de la pobreza extrema, de la justicia y, sobre todo, del amor. Todo lo que se dice en él es cierto. 

El arte de Carrere para describir la tragedia, la tristeza que envuelve a sus protagonistas y el afán de superación y supervivencia nos ayudan a entender que por muy profunda que sea la oscuridad, por muy grande que sea el dolor que nos ahoga, hay personas que deciden seguir caminando a pesar de todo.




Vida en el jardín, de Penelope Lively.



¿Fue antes la escritora o el jardín? Penelope Lively se embarca en un fascinante viaje a través de los jardines que han marcado su vida. Desde el gran jardín de la casa en la que se crio, en El Cairo, hasta el que tenía su abuela en los inclinados campos de Somerset, pasando por la exuberante floresta de «El paraíso perdido» de Milton y los coloridos laberintos de «Alicia en el País de las Maravillas», así como los jardines de escritores, como Virginia Woolf, Elizabeth Bowen o Philip Larkin. Literatura, mujer y naturaleza. Un embriagador recorrido que nos lleva de vuelta al hogar primigenio de la humanidad. A medio camino entre autobiografía, reflexión filosófica y cadena de digresiones, esta maravillosa recopilación de jardines eleva a Penelope Lively a la cumbre de la narrativa contemporánea.




Siddharta, de Hermann Hesse.


La historia de Buda novelada por Herman Hesse.

Esta novela, ambientada en la India tradicional, relata la vida de Siddhartha, un hombre para quien el camino de la verdad pasa por la renuncia y la comprensión de la unidad que subyace en todo lo existente. En sus páginas, el autor ofrece todas las opciones espirituales del hombre.

Hermann Hesse buceó en el alma de Oriente a fin de aportar sus aspectos positivos a nuestra sociedad. Siddhartha es la obra más representativa de este proceso y ha ejercido una gran influencia en la cultura occidental del siglo XX.



La metamorfosis, de Franz Kafka.


Relata la peripecia subterránea y literal de Gregor Samsa, un viajante de comercio que al despertarse una mañana de un sueño lleno de pesadillas se encontró en su cama convertido en un bicho enorme. 
La metamorfosis cuenta la historia de la transformación de Gregorio Samsa en un monstruoso insecto, y del drama familiar que, a raíz de este acontecimiento, se desata.
En este relato se ha querido ver una alegoría del enfrentamiento del hombre ante un mundo moderno que lo oprime y lo borra. Por su parte, la transformación de Gregorio en lo que es presumiblemente un escarabajo, que es un suceso fantástico, extraordinario, inaugura la literatura del absurdo, que en las décadas posteriores influirá a numerosos escritores consagrados.




Martes con mi viejo profesor, de Mitch Albom.


Considerado por The Washington Post como el libro de memorias más vendido de la historia, Martes con mi viejo profesor narra la experiencia vivida por Mitch Albom con Morrie Schwartz, uno de sus profesores de la universidad, al que vuelve a ver por casualidad muchos años después en una entrevista en televisión, en la que se entera de que su viejo profesor sufre ELA, una enfermedad degenerativa.
Albom entra de nuevo en contacto con él y le propone verse todos los martes. Durante estos encuentros, tiene la oportunidad de plantearle las grandes preguntas que siguen inquietándole y de hallar consejo y aliento para su propia vida en las sabias palabras del maestro.



El papel de pared amarillo, de Charlotte Perkins.


Charlotte Perkins escribió El Papel de Pared Amarillo como una advertencia sobre los efectos de la cura de reposo en las personas diagnosticadas con depresión.

Ella misma había sufrido los efectos de esa cura tras una depresión posparto que la mantuvo inactiva durante tres meses. De hecho, le envió una copia de la obra al médico que la había tratado para que fuese consciente de su experiencia. Hay algún dato autobiográfico más en el relato, aunque no todos lo son. 

Como ella se encargó de señalar años más tarde con cierta ironía, «yo nunca tuve alucinaciones ni objeciones a mis decoraciones murales». Así, a pesar de que el relato fue concebido como una protesta contra un tratamiento que Perkins consideraba peligroso para la salud mental del paciente, y también como una celebración por haberse recuperado de su propia depresión, con el tiempo se ha convertido en un clásico de la narrativa gótica o de terror norteamericana. 

Llevado a la pantalla en varias ocasiones, en los últimos años ha vivido una segunda juventud gracias a la serie de televisión American Horror Story, que le dedicó un capítulo de su primera temporada en 2011. Cuando fue publicado por primera vez en la revista New England Magazine en 1891, el impacto fue tremendo. Varios médicos se quejaron, ya que consideraban que la obra era un peligro para la salud mental de los lectores. No obstante, con el paso del tiempo fue ganando popularidad, y Perkins tuvo la satisfacción de llegar a enterarse de que el médico que le había prescrito la cura de reposo, el mismo que le había prohibido acercarse a una pluma, un lápiz o un pincel el resto de su vida, modificó su tratamiento de la neurastenia tras leer su relato. En sus propias palabras: «No tenía la intención de volver loca a la gente, sino de salvar a la gente de que la volvieran loca, y funcionó».



“Hacer de la Salud Mental y el Bienestar para todos una prioridad mundial”.




8 comentarios:

  1. Hola hola!!
    Muchas gracias por las recomendaciones
    Me he apuntado tres, espero leerlos pronto
    Un besote desde el rincón de mis lecturas 💕

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  2. ¡Hola, Carmen! Una entrada muy interesante. De los libros que mencionas, me llevo apuntados: El hombre que quería ser feliz y Diario de un cuerpo. La metamorfosis y Siddharta, las leí hace mucho, por lo que apenas pueda, las volveré a leer. Que tengas una linda semana y gracias por tan buenas recomendaciones. ¡Un besote!

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  3. Has hecho una recopilación fabulosa a juzgar por las que ya he leído y alguna que no he leído, pero a cuyo autor conozco. Apunto varias porque, aunque no te lo creas, aún no he leído el de Lucía Berlín.
    Un beso.

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  4. Fantástica lista de lecturas oportunas para esas dolencias que tanta infelicidad procuran y tan escondidas se encuentran. He leído varios de los títulos que me parecen importantísimos (el de Herman Hesse, Lucía Berlin, Kafka, Delphine de Vigan, Silvia Plath, Virginia Woolf, Piedad Bonnett y algún otro más). Tomo nota del resto pues el tema de la enfermedad mental y del saludable empleo de la escritura (la literatura) como terapia me parecen esenciales y muy atractivos.
    Un beso

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  5. Las tendré en cuenta para también descubrirlas😀

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  6. La del papel pintado de amarollo esta en una antología de cuentos de mujeres góticas que acabo de leer y es fascinante.

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  7. Me ha gustado. Quiero leer a kafka cómo el comer. Es uno de mis grandes pendientes. Pero parece que van por orden de llegada. En efecto la salud mental afecta a todas las áreas de nuestra vida. Brava!!

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Gracias por comentar. ♥