En Bloque 55, Alba García Marcos nos hace participes del intrigante edificio bloque 55, uno edificio del Levante español, donde la aparente normalidad de su fachada oculta secretos oscuros, tensiones vecinales y, sobre todo, crímenes que agitan la rutina.
Esta novela es la primera entrega de la serie "Los crímenes del Levante", sabroso coctel de suspense clásico con un satírico retrato costumbrista, explorando la intimidad —y las miserias— de quienes viven pared con pared.
Argumento
Una muerte inesperada. Un bloque de pisos lleno de secretos. Y una mujer que no tiene ni idea de cómo investigar... pero va a hacerlo igual.
Almudena no es detective. Ni policía. Ni mucho menos espía. Es ama de casa, experta en aspiradoras, croquetas y drama vecinal. Pero cuando un cadáver aparece en el edificio, su salón se convierte en centro de operaciones y su rutina da un giro más turbio que el ascensor del bloque.
Entre influencers con pasado oscuro, presidentas de comunidad que dan más miedo que Hacienda y amigas que no se callan ni bajo anestesia, Almudena se ve envuelta en una investigación doméstica que huele fatal (literal y metafóricamente).
Si te gustan los misterios con humor, los crímenes domésticos con mucho salseo, de las investigaciones caseras al estilo Agatha Raisin, el humor mordaz de Los misterios de la señora Fisher o los enredos vecinales de Solo asesinatos en el edificio, te sentirás como en casa en el Bloque 55.
Bienvenido al Bloque 55:
Mi opinión personal (sin destripes)
La trama gira en torno a la investigación de un asesinato ocurrido en el bloque número 55 por la vecina Almudena (ama de casa y estudiante a distancia de criminología). Un edificio como cualquier otro de una ciudad levantina, con su sol constante y sus persianas bajadas; pero en el momento del crimen y de la investigación atiza una gran tormenta sobre la ciudad y sobre el edificio, con el murmullo continuo de unos vecinos que saben más de lo que cuentan y esconden más de lo que muestran.
Una tormenta, una reunión de vecinos y un gato desaparecido (que curiosamente observa desde la ventana en la portada, aparentemente como testigo mudo de los secretos de los humanos). Así comienza la historia, y zas: un crimen y comienzan los secretos y las investigaciones de la gran Almudena.
«Siempre había llevado demasiado a cuestas, mantener un hogar perfecto no era nada fácil, por más que dijera su madre. Lo había hecho todo según el manual de instrucciones de las perfectas apariencias y con el piloto automático siempre puesto: mechas perfectas, noviazgo largo, boda como las de las portadas del HOLA, casas acordes a sus posibilidades y dos hijas gemelas que demandaban toda su atención. Almudena lo tenía todo para ser feliz, simplemente no lo era».
Alba García Marcos nos describe una historia que contiene historias vecinales cargadas de pequeñas rutinas, con personajes que tiran día a día de sus manías, de sus envidias y de sus temores. La novela no solo plantea el enigma y su resolución, sino también nos regala un fresco retrato coral de vidas entrelazadas. Y esto me ha gustado muchísimo.
La autora perfila con precisión las dinámicas de una comunidad de propietarios: los cuchicheos en el rellano, las reuniones eternas de la comunidad, los saludos forzados en el ascensor, las visitas incómodas de vecinos... Me encanta este retrato tan parecido a cualquiera de nuestras comunidades, os aseguro que así es. Y se disfruta su modo de ir poco a poco soltando pistas que empujan a sospechar de todos.
El ritmo narrativo es ágil, dividido en capítulos breves que a mi me llevan a estudiar las diferentes perspectivas vecinales con detenimiento, es como si vamos mirando por cada ventana del bloque para espiar una versión distinta de la verdad. Este recurso narrativo aporta dinamismo, mantiene la tensión y permite conocer a fondo a los personajes: sus motivaciones y sus miserias. La escritora juega sabiamente con la psicología de sus personajes, revelando sus pensamientos más turbios y mostrando cómo, detrás de las puertas cerradas, nadie es tan inocente como aparenta.
Por eso afirmo que Bloque 55 es un buen retrato del Levante, y yo creo que se convierte casi en un personaje más; resaltando aquí las grandes tormentas que de vez en cuando suceden en esta zona. Este escenario es muy mediterráneo y acompaña muy bien a la sordidez del crimen o crímenes que suceden en la historia. Agradezco estas novelas negras con saborcito español.
El suspense está genialmente dosificado, vamos cogiendo las pequeñas miguitas de duda continuamente y sorprendiéndonos por unos giros inesperados que mantienen el interés hasta el desenlace. El final a mi me dejo con ganas de más, de más Almudena y de más bloque 55. Por eso quedo a la espera de más entregas de la serie, ya que sé con total seguridad que los secretos del Levante criminal acaban de empezar.
Bloque 55 es, es una novela entretenida, ágil y con personajes tan reales que tuve la sensación de conocerlos bien. Perfecta para saborear del misterio cotidiano, con rico humor negro y un retrato social muy logrado. Alba García Marcos me hará observar mi bloque y a mis vecinos, y pensar en las posibles historias que se ocultarán. ¿Qué pasaría si levantáramos las persianas de las ventanas vecinales y miráramos de verdad?
En Carmen en su tinta recomiendo esta lectura para lectores que busquen una novela negra fresca, con sabor mediterráneo, que se lee en nada y nos deja el poso inquietante de saber que, a veces, el verdadero peligro vive a tan solo un tabique de distancia.
Para conocer a Alba García Marcos os recomiendo visitar su blog en el siguiente enlace: Las letras de Alba, blog de relatos cortos e historias para reír.
¿Habéis leído este libro? ¿Tenéis ganas de leerlo? ¿Qué os ha parecido?
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