Leer Últimas esperanzas de Joaquín Campos es sentir la pasión por conseguir un sueño, es aplaudir la pureza de una persona que no se doblega ante nada ni ante nadie, es compartir las verdades de Amador Paneque (protagonista) y admirar su sinceridad.
Y es disfrutar de las letras de un escritor de poesía y prosa que se atreve a denunciar el orden establecido a través de sus palabras.
La ficha técnica del libro la podemos consultar en la página web de editorial Renacimiento.
Y es disfrutar de las letras de un escritor de poesía y prosa que se atreve a denunciar el orden establecido a través de sus palabras.
La ficha técnica del libro la podemos consultar en la página web de editorial Renacimiento.
Argumento
Últimas esperanzas es el manifiesto vital de Amador Paneque. Escritor fracasado y apátrida. Con varios matrimonios a sus espaldas. Residente en Mongolia, habiendo sido esta su postrera parada tras un descarnado periplo de más de una década por la Asia más paupérrima. Sin dinero ni ingresos fijos. En la antesala de la mendicidad y la decrepitud física. Quien a sus 45 años decide descerrajar su última bala para pasar a la historia de la literatura. Y todo ello con su novela definitiva, publicada en España, de la que apenas se vendieron unas docenas de ejemplares: un libro auténtico y puro donde narra la claustrofobia de una mendiga y puta que ejerce sus dos labores siempre en la misma avenida. Gracias a una adinerada mecenas, sexagenaria y devota, que le provee de un apartamento en Manhattan con una bodega repleta, además de algunos contactos, se lanza a la tarea de conseguir un editor que le publique en Estados Unidos. Un desmesurado torbellino de pureza, misantropía, desencuentros, enamoramientos efímeros nunca manifestados, sesiones de sadomasoquismo, travestis desdentados, préstamos a fondo perdido, perpetuas disfunciones eréctiles, coqueteos homosexuales y siempre abocado al alcoholismo más desmesurado con un viejo ejemplar de poemas de Maiakovski bajo el brazo. Porque, como se pregunta el propio Amador, «¿qué es la vida? ¿Llegar a la vejez arrodillado y pidiendo perdón? ¿O morir con 51 entre vítores y envidias?».
Mi opinión personal (sin destripes)
Amador Paneque es la historia de un escritor que sueña con publicar en inglés y ver las ventas de su libro duplicadas. Luchando por cumplir su gran despegue como escritor tropieza con la cruel realidad del mundo editorial en una ciudad, Nueva York, que desconoce y que le muestra su dureza.
Comienzo hablando del protagonista por ser un gran personaje, un pícaro culto que guarda mucha dignidad en su interior y pelea apasionadamente por sus sueños, y por sentirme identificada con él. Empatizo con Amador no por ser parecido a mi sino por su fuerza y su pasión para vivir. Bueno, y que me ha encantado conocerlo.
Ha sido una delicia seguir sus aventuras en la Gran Manzana, aventuras que te atrapan y enganchan. Me lo he pasado genial conociéndolo y me he visto indagando sobre sus lecturas y sus vinos. Anotados quedan para degustarlos en un futuro.
Por ello tengo que aplaudir el excepcional trabajo de psicología que realiza el escritor al crear a este personaje.
Un personaje que sientes de verdad, entras en él y husmeas con agrado en su mente deseando conocer en profundidad sus problemas, sus delirios, sus vicios, sus amores, su VERDAD.
«Qué tendrá la literatura que se parece tanto a la promiscuidad. El éxito no tiene sólo que ver con el dinero. Al futbolista lo amamos porque queremos ser como él, aunque sepamos que nunca lo podremos ser. El asunto corroe cuando nos creemos en la misma constelación del escritor y el follador. Y por eso, y sólo por eso, sé que hoy los aviones que debo tomar no se estallarán. Soy un ser de luz. Un ganador. Llevo los bolsillos repletos de dolares ajenos. Sigo escribiendo y aceptando que sólo así podré ver publicada mi obra en en inglés. Y además, he comido, bebido y eyaculado de manera primorosa cuando, según la ONU, debería ser tomado en cuenta como uno de esos millones de personas que viven en la extrema pobreza o al menos en su umbral, tétrico calificativo asociado a esa negrísima asociación que hurta dinero público para que sus empleados puedan vivir como ministros sin cartera, ochocientas mil veces por encima del umbral de la pobreza que ellos dicen defender, cuando en realidad, viven de ella. Porque sin pobres no habría oenegeros como sin camellos operaciones de tabique. Ni turismo sexual en Senegal si las progres europeas nos contaran, en su día a día, verdades».
La novela es una gran guía de Nueva York, una auténtica guía implacable con la ciudad y sus habitantes.
Otro aspecto a resaltar que me gusto y que estoy segura que vosotros también disfrutaréis mucho es que a lo largo de la historia se citan escritores que le gustan al personaje: Navokov, Nietzsche, Maiakovski, José Luis Parra, Héctor Escobar Guitérrez... y hay mucha poesía ya que Amador lee y escribe poesía, Amador necesita la poesía para salvarse.
El libro se divide en tres partes y contiene soliloquios estructurados en tres actos que son una joyita, aportando a la novela una nota teatral que disfrutaremos muchísimo.
Y también me ha encantado como el autor muestra las necesidades sexuales de Amador, necesidades que también nos invitan a la reflexión, él nos dice que está dispuesto a todo a pesar de estar muy occidentalizado; una audaz crítica a el peso de la educación que más de uno arrastramos.
Y estas necesidades lo hacen ser el mismo, necesidades que están en todo ser humano, no nos engañemos.
Hay que leer Últimas esperanzas de Joaquín Campos para pensar y reflexionar sobre nuestro mundo, sobre nuestra sociedad, para no huir de la realidad y llamar a las cosas tal como son. Verdades que una buena persona como Amador nos muestra sin tapujos, con la valentía que un buen escritor debe tener.
Agradezco al escritor el libro y os confieso que cuando terminé su lectura me quedé con la certeza de que será un libro para de vez en cuando abrirlo por la página que sea y disfrutarlo de nuevo, seguro. Disfrutarlo como se disfruta de un buen poema, una buena canción, un buen vino, una buena comida y un buen sexo. Siempre quieres volver a sentir esos placeres, ¿verdad?
Mi opinión personal (sin destripes)
Amador Paneque es la historia de un escritor que sueña con publicar en inglés y ver las ventas de su libro duplicadas. Luchando por cumplir su gran despegue como escritor tropieza con la cruel realidad del mundo editorial en una ciudad, Nueva York, que desconoce y que le muestra su dureza.
Comienzo hablando del protagonista por ser un gran personaje, un pícaro culto que guarda mucha dignidad en su interior y pelea apasionadamente por sus sueños, y por sentirme identificada con él. Empatizo con Amador no por ser parecido a mi sino por su fuerza y su pasión para vivir. Bueno, y que me ha encantado conocerlo.
Ha sido una delicia seguir sus aventuras en la Gran Manzana, aventuras que te atrapan y enganchan. Me lo he pasado genial conociéndolo y me he visto indagando sobre sus lecturas y sus vinos. Anotados quedan para degustarlos en un futuro.
Por ello tengo que aplaudir el excepcional trabajo de psicología que realiza el escritor al crear a este personaje.
Un personaje que sientes de verdad, entras en él y husmeas con agrado en su mente deseando conocer en profundidad sus problemas, sus delirios, sus vicios, sus amores, su VERDAD.
«Qué tendrá la literatura que se parece tanto a la promiscuidad. El éxito no tiene sólo que ver con el dinero. Al futbolista lo amamos porque queremos ser como él, aunque sepamos que nunca lo podremos ser. El asunto corroe cuando nos creemos en la misma constelación del escritor y el follador. Y por eso, y sólo por eso, sé que hoy los aviones que debo tomar no se estallarán. Soy un ser de luz. Un ganador. Llevo los bolsillos repletos de dolares ajenos. Sigo escribiendo y aceptando que sólo así podré ver publicada mi obra en en inglés. Y además, he comido, bebido y eyaculado de manera primorosa cuando, según la ONU, debería ser tomado en cuenta como uno de esos millones de personas que viven en la extrema pobreza o al menos en su umbral, tétrico calificativo asociado a esa negrísima asociación que hurta dinero público para que sus empleados puedan vivir como ministros sin cartera, ochocientas mil veces por encima del umbral de la pobreza que ellos dicen defender, cuando en realidad, viven de ella. Porque sin pobres no habría oenegeros como sin camellos operaciones de tabique. Ni turismo sexual en Senegal si las progres europeas nos contaran, en su día a día, verdades».
La novela es una gran guía de Nueva York, una auténtica guía implacable con la ciudad y sus habitantes.
Otro aspecto a resaltar que me gusto y que estoy segura que vosotros también disfrutaréis mucho es que a lo largo de la historia se citan escritores que le gustan al personaje: Navokov, Nietzsche, Maiakovski, José Luis Parra, Héctor Escobar Guitérrez... y hay mucha poesía ya que Amador lee y escribe poesía, Amador necesita la poesía para salvarse.
El libro se divide en tres partes y contiene soliloquios estructurados en tres actos que son una joyita, aportando a la novela una nota teatral que disfrutaremos muchísimo.
Y también me ha encantado como el autor muestra las necesidades sexuales de Amador, necesidades que también nos invitan a la reflexión, él nos dice que está dispuesto a todo a pesar de estar muy occidentalizado; una audaz crítica a el peso de la educación que más de uno arrastramos.
Y estas necesidades lo hacen ser el mismo, necesidades que están en todo ser humano, no nos engañemos.
Hay que leer Últimas esperanzas de Joaquín Campos para pensar y reflexionar sobre nuestro mundo, sobre nuestra sociedad, para no huir de la realidad y llamar a las cosas tal como son. Verdades que una buena persona como Amador nos muestra sin tapujos, con la valentía que un buen escritor debe tener.
Agradezco al escritor el libro y os confieso que cuando terminé su lectura me quedé con la certeza de que será un libro para de vez en cuando abrirlo por la página que sea y disfrutarlo de nuevo, seguro. Disfrutarlo como se disfruta de un buen poema, una buena canción, un buen vino, una buena comida y un buen sexo. Siempre quieres volver a sentir esos placeres, ¿verdad?
Joaquín Campos (Málaga, 1974). Poeta y escritor. Siempre ambicionó unos versos de Nazim Hikmet que rezan: «Nací en 1902. / Jamás he vuelto a mi ciudad natal».
Reside desde finales de 2017 en África tras doce años en Asia. En abril de 2019 sus publicaciones acumulan cinco trabajos en narrativa y tres poemarios. Promete seguir escribiendo.
Web de Joaquín Campos: http://joaquincampos.com/
Web de Joaquín Campos: http://joaquincampos.com/
Podéis comprar Últimas esperanzas de Joaquín Campos aquí:
¿Habéis leído este libro? ¿Tenéis ganas de leerlo? ¿Qué os ha parecido?
Hola,
ResponderEliminarno conocía el libro pero después de leer tu reseña me veo incapaz de resistirme así que lo anoto para una futura lectura.
Un beso
Me alegro de que hayas disfrutado tanto con esta novela, yo de momento no me veo con ella. Besos
ResponderEliminarHola me alegra que te gustara suena interesante el libro me lo llevo apuntado, Saludos
ResponderEliminar¡Hola Carmen!! un libro curioso que probablemente vendría muy bien leer antes de un viajecito a New York, porque igual casi se podría clasificar como un libro de viajes ¿verdad?. Si lo encuentro en papel en alguna biblioteca, igual me animo a conocer a Amador Paneque
ResponderEliminarBesos
Tal y como nos lo cuentas es difícil resistirse.
ResponderEliminarBesos.
¡Hola Carmen!
ResponderEliminarNo conocíamos al autora, y resulta que es de nuestra tierra, Málaga. Y para colmo este libro se desarrolla en Nueva York, una de nuestras ciudades favoritas.
Entre todo eso y que, por lo que te hemos leído, te ha encantado la novela y lo has pasado bien leyéndola, nos la apuntamos.
Besos.