Dolor, liberación y seres humanos que saben encontrarse para cerrar heridas.
Al leer Los nombres prestados de Alexis Ravelo he sabido perdonar la crueldad de la violencia política. Maravillándome de la capacidad del autor para lograr que yo entendiera que todos somos seres humanos y que debía y necesitaba perdonar conociendo todo dolor.
Argumento
Tomás Laguna podría perfectamente ser un corredor de seguros jubilado que ha llegado a Nidocuervo para disfrutar con tranquilidad de su retiro en compañía de su perro Roco. Y Marta Ferrer podría pasar por una traductora que ha encontrado en el pueblo el sitio ideal para vivir en paz con su hijo Abel. Pero lo cierto es que ambos son verdugos insomnes llegados a ese rincón del mundo con nombres prestados, fingiendo que no son quienes hasta hace poco han sido. Sin embargo, el equilibrio entre la realidad y la ficción que cada uno ha elegido para sí es tan frágil que sucesos tan fortuitos como una tormenta o la elección de una foto para la portada de un periódico resucitarán los fantasmas del pasado, devolviendo a sus vidas una violencia que esperaban haber dejado atrás para siempre.
Situada a mediados de los años ochenta del siglo XX, Los nombres prestados es una historia de acción y suspense, un wéstern moderno, una novela negra que funciona también como una alegoría que indaga en las causas y las consecuencias de la violencia política, en la vinculación entre víctimas y verdugos, en las obligadas paradas que habrá de hacer quien recorra el tortuoso camino hacia la redención.
PREMIO DE NOVELA CAFÉ GIJÓN 2021
Mi opinión personal (sin destripes)
A cerrar heridas, a entender para encontrar la generosidad, la sensibilidad, la honestidad y la sinceridad que todo ser humano posee nos enseña un perro y un chico con cierta discapacidad, ambos llenan la historia de luz con su bondad y nobleza. Ambos se hacen amigos y desde el cariño se buscan, se entienden y se acompañan.
«El perro surgió del bosque y se plató en el camino.
El chico también se detuvo.
Pasaron unos segundos en los que no ocurrió nada. Después, el perro abrió la boca y contrajo los carrillos hasta mostrar los dientes.
Cualquier otro que no hubiese sido el chico habría huido o buscado un palo, una piedra, algo con lo que asustar al animal enorme y desconocido. Pero lo que él hizo fue acuchillarse y fijar la vida en en suelo, mordisqueándose el labio inferior en un ensayo de sonrisa. Entonces, el perro corrió hacia él moviendo el rabo y lo olisqueó. El chico le acarició la cabeza y el cuello, le hizo cosquillas detrás de las orejas. Cuando le dio el primer lametón en la cara, se dejó caer hasta quedar sentado, y el perro se puso a menar el rabo cada vez más deprisa mientras se le echaba encima para lambucearlo a sus anchas.
Así fue como empezó todo».
El gran protagonismo de Roco (también un nombre prestado), el perro, creo que está magistralmente marcado en la historia; resaltado al comienzo y al final con la clara intención de resaltar la luz y la bondad en una realidad oscura, cruel y llena de mal. Un perro y también un gato, yo lo observo en mi gata Luna, saben estar a nuestro lado, entendiendo nuestras emociones sin negarnos nunca su compañía.
Y yo he aprendido con la historia de Alexis Ravelo y con la mirada de Roco que debo abandonar miedos, recelos y dolores para no negar nunca compresión y cariño a todo ser humano, por muchas crueldades que haya cometido; sabiendo, lógicamente, de la dificultad que ello implica para las víctimas y para los familiares de las víctimas. Roco en el último capítulo nos da una gran lección, y debéis leer la novela para admirar y adorar la sensibilidad y la tolerancia del perro y del escritor.
«... Pero el hombre, recuperado de la sorpresa de no estar solo, le habó y lo acarició y se lo arrimó hasta terminar abrazándolo y, un instante después, el hombre se echó a llorar y el perro entendió que el hombre lo necesitaba más a él de lo que él necesitaba al hombre y que no le quedaba mejor solución que adoptarlo como dueño».
La novela está ambientada a mediados de los ochenta. Estado, terroristas, vidas destruidas, nuevas identidades y grandes heridas abiertas. Perro y niño, Roco y Abel, me hacen plantearme preguntas pasadas y preguntas actuales, me hacen querer y soñar con una vida digna, una vida de reconciliaciones. Una vida y una sociedad que todos deberíamos proteger.
Perdonad si me he extendido demasiado con mis propias reflexiones pero en esta reseña me estoy dejando llevar por todo lo que me ha enseñado Alexis Ravelo con su libro. Os aseguro que Los nombres prestados es una novela negra muy profunda, con personajes fuertes y complejos, con un gran suspense psicológico y con un pasado político que no debemos olvidar para intentar que no se repita.
Ahora os cuento cositas para eliminar la tensión: la lectura es muy adictiva, no podía parar de leer. Anhelaba el logro de las segundas oportunidades, el perdón. Y me ha encantado la ridiculez de los grupos terroristas que se refleja en la novela y encontrar en su lenguaje ciertos términos que imagino son propios de la tierra del escritor. Y atención al lugar donde se desarrolla la mayor trama de la novela: Nidocuervo, chocante, ¿verdad? Un lugar rural para ocultar pasados adoptando nuevas identidades, nombres prestados, y para esconder maldades.
«Esta historia transcurre a mediados de los años ochenta del pasado siglo en Nidocuervo y San Expósito, lugares inventados en un país que sí existe».
Debéis leer esta novela para comprender la dualidad del bien y del mal que todos podemos tener. Para entender un entorno político y de terrorismo de finales del siglo XX. Y para disfrutar de una gran novela negra reflexiva.
Alexis Ravelo (Las Palmas de Gran Canaria, 1971) cursó estudios de Filosofía Pura y asistió a talleres creativos impartidos por Mario Merlino, Augusto Monterroso y Alfredo Bryce Echenique. Dramaturgo, autor de tres libros de relatos y de varios libros infantiles y juveniles, ha logrado hacerse un hueco en el panorama narrativo actual con sus novelas negras, que han merecido diversos reconocimientos, entre ellos el prestigioso Premio Hammett a la mejor novela negra por La estrategia del pequinés.
¿Habéis leído este libro? ¿Tenéis ganas de leerlo? ¿Qué os ha parecido?
Me la anoto
ResponderEliminarMe has convencido totalmente, Carmen. Además los protagonistas me gustan mucho. Un beso grande.
ResponderEliminar¡Hola! Me había cruzado varias veces con esta novela pero esta es la primera vez que leo una reseña suya y wow, necesito leerla. Por lo que cuentas, es capaz de cambiar la perspectiva a quien lo lee y a mí me encanta que me hagan reflexionar. ¡Me lo llevo apuntado! Muchas gracias por tu esclarecedora reseña.
ResponderEliminarNos vemos entre páginas
La vida de mi silencio
Hace varios años que no me pierdo una nueva novela de Alexis Ravelo y poco a poco he ido leyendo también las anteriores a descubrirlo. Para mí es un escritor imprescindible, si es que eso existe.
ResponderEliminarHas hecho una fantástica reseña.
Un beso.
¡Hola!
ResponderEliminaresta es la única novela que he leído de Ravelo y no será la última, seguro. Me ha encantado leerte, porque me has hecho recordar a Roco, un personaje más también con nombre prestado pero que quizás sea el único que no se esconde y que no guarda ningún secreto
La pluma de Ravelo,, recuerdo que me sorprendió, me pareció sencilla, pero a la vez elegante
En fin, que me alegro de que la hayas disfrutado
Besos
¡Hola!
ResponderEliminarPues no conocía este libro y tiene una pinta estupenda. Me lo apunto para más adelante.
Besitos :)
Lo anoto muy cerquita para conseguirlo rapido😊
ResponderEliminarExcelente entrada!!!
Hola! Lo vi en Amazon y tenía dudas pero al leer tu reseña lo anoto. Me gustan este tipo de historias.
ResponderEliminarUn abrazo gigante!