Leer un libro que me divierta, que me haga reflexionar y que me haga recrearme en sus letras es para mi un goce lector brillante. Y esta brillantez y notoriedad la he encontrado en Una casa llena de gente de Mariana Sández.
Argumento
La literatura es, ni más ni menos, una casa llena de gente, o al menos lo es para Leila Ross, traductora y escritora frustrada para quien el tiempo se organiza en y para los libros.
Sin embargo, su vida es bastante más compleja que eso: ha de enfrentarse a las demandas de lo doméstico y de una madre de lo más exigente, la temible Granny, orgullosa inglesa de nacimiento, pragmática y criticona. Y luego está la casa, el castello donde vivirá toda la familia, y que irá dando forma a una trama que avanza a través de lo no dicho, lo sugerido, el contraste entre los puntos de vista, el humor y el misterio. Prediciendo su propia muerte, Leila lega a su hija Charo sus diarios y una gran colección de fotografías y películas familiares, así como una lista de instrucciones que le indican qué es lo que ha de hacer con ello. Poco a poco, Charo irá redescubriendo una nueva faceta de su madre, que hasta ese momento había permanecido oculta.
Mi opinión personal (sin destripes)
Ha sido un placer grato y sorprendente entrar en este crucigrama familiar y personal para intentar resolver mundos interiores cargados de huidas, abandonos... ausencias, de lazos familiares no apretados o difíciles de enlazar, de literatura como la mejor morada que nos puede acunar para sentirnos en paz... En definitiva, he descubierto vidas que hay que andar de nuevo para entender a familias, a nosotros mismos y a la soledad.
«Esta obra está basada en los diarios que me dejo mi mamá antes de morir, hace seis años. Diarios que me marcaron. Hubo momentos en que celebré el hecho de que los hubiera dejado a mí y la oportunidad que me estaba dando de descubrirla desde otro lugar. Lo agradecí incluso después de haberme sensibilizado hasta extremos pocos recomendables, con raptos de llanto, risa arracada al llanto, depresión severa luego de la risa, ataques de risa o de llanto en lugares o situaciones inapropiados».
Me repito, he sentido un placer lector precioso por esta forma de contar y por sus letras en si. Humor, ironía y suspense adereza toda la narración para analizar a las familias y a la sociedad.
Tramas, subtramas. Historia que encierra otras historias para llegar a destapar secretos y llegar a la VERDAD de esta peculiar residencia literaria.
La novela está dividida en cinco partes: Cimientos, para contar el traslado a su nueva vivienda y conocer e identificar a sus vecinos. Andamiajes, para establecer las relaciones de los personajes. Exteriores, para mostrar tiempos conjuntos de todos los vecinos que comparten en el jardín común. Interiores, para que después del alboroto, del follón y del escándalo los vecinos puedan retroceder en si. Escombros y reconstrucción, para conocer los efectos en las vidas de los vecinos-personajes.
Me gusta mucho, muchísimo, como en cada una de estas partes conocemos a la familia Almeida y a sus vecinos al mismo tiempo que va creciendo la tensión entre sus conexiones y el nudo de sus lazos va apretándose poquito a poco cada vez más. Se explica y se entiende estados de ánimo enmascarados por secretos y misterios.
Curioso que a veces lo que no se cuenta se suponga con certeza.
«Me gustan las frases con Dicen, ¿no te pasa? Enseguida me pongo alerta: ¿Dicen quiénes? Sujeto tácito cargado de anonimato. Ya eso solo da pie a una novela: Dicen (ellos, ellas, misterio). Luego viene el rumor, la sospecha, el suspenso. Intercalar un Dicen en una oración es como meter una lagartija entre las sábanas. Tiene un efecto eléctrico».
Debéis leer Una casa llena de gente de Mariana Sández y disfrutaréis de una gran ventana exterior e interior que os emocionará, os hará reír y os hará reflexionar. También os llenará de placer literario y espero que subrayéis palabras y párrafos para volver a ellos y a vuestro disfrute por las letras argentinas de esta gran autora.
Mariana Sández. Licenciada en Letras por la Universidad del Salvador de Argentina, realizó estudios en Literatura Inglesa en The University of Manchester, Inglaterra, y un posgrado en Teoría Literaria y Literaturas Comparadas en la Universidad Autónoma de Barcelona.
Como gestora cultural, creó y dirigió diversos programas literarios de prestigio para distintas instituciones culturales. Colabora con notas literarias para el suplemento cultural de los diarios La Nación, Clarín y El Periódico de España. Publicó el libro de entrevistas y ensayos El cine de Manuel. Un recorrido sobre la obra de Manuel Antín (2010), la novela Una casa llena de gente (2019 / Impedimenta, 2022) y el libro de cuentos Algunas familias normales (2016 / 2020).
Hola, Carmen. Tenía echado el ojo a este libro pero no me decidía y ahora me has dejado con las ganas... jjajaj
ResponderEliminarBesos,
Tiene muy buena pinta esta novela. Esos diarios legados por la madre a su hija tuvieron que ser todo un revulsivo para esta. Como ella misma dice, llanto, risas y otra vez llanto. No sé si yo querría un legado así. Por una parte puede ser un maravilloso regalo, pero por otra puede resultar muy doloroso.
ResponderEliminarNo obstante, como obra literaria puede estar muy bien esa trama familiar y personal. Y vecinal sospecho.
Un beso.
Hola.
ResponderEliminarNo conocía de nada el libro pero no lo veo para mi, aun así gracias por darlo a conocer.
Nos leemos.