Día del Libro: la gran fiesta para celebrar páginas, tinta… y algún que otro drama literario.
En el santoral de los lectores, el 23 de abril es el equivalente a la final del Mundial para los futboleros. Es nuestro día, el Día del Libro, se celebra como debe ser: con las librerías llenas y las bibliotecas felices; yo adoro ese olorcillo inconfundible a papel, tinta y café. Porque, aceptémoslo, no hay mejor plan que perderse entre letras mientras el mundo sigue girando (a veces demasiado deprisa) fuera.
Y como en Carmen en su tinta nos va la marcha literaria —y un poco el drama, no vamos a mentir— hoy quiero brindar por los libros. Y os traigo unas deliciosas recomendaciones. Porque si algo me fascina más que leer historias… es leer sobre cómo se escriben las historias. Con todo lo que eso conlleva: bloqueos, inseguridades, obsesiones, cafés fríos y gatos sobre el teclado.
A estas alturas de la vida, ya sabemos que escribir no es tan glamuroso como lo pintan en las películas. Rara vez hay chimeneas, copas de vino y tramas que fluyen como el río Danubio. Más bien hay Word congelado, dudas existenciales, y un montón de notas dispersas en servilletas, márgenes de facturas y notas de voz que no se entienden.
Escribir o no escribir, sin duda deseo que siempre se elija escribir.
Por eso, para este Día del Libro, quiero recomendar dos libros para animar a escribir y a leer:
Si una noche de invierno un viajero de Italo Calvino.
En esta originalísima novela, Calvino invita al lector a convertirse en protagonista de una historia que nunca se deja atrapar del todo. A través de un juego literario lleno de ironía, despliega una serie de inicios de novelas —cada una con un estilo distinto— que son abruptamente interrumpidas, empujando al lector (literalmente) a seguir buscando la historia completa.
Con una mezcla brillante de humor, metatextualidad y sensibilidad, Calvino reflexiona sobre el placer y la frustración de leer, sobre el rol del autor y sobre la infinita tarea de escribir. Más que una novela tradicional, es un homenaje lúdico y cerebral al acto de contar historias, y un espejo donde se reflejan tanto la ansiedad como la belleza del proceso creativo literario.
«La empresa de tratar de escribir novelas apócrifas, que me imagino escritas por un autor que no soy yo y que no existe, la llevé a sus últimas consecuencias en este libro. Es una novela sobre el placer de leer novelas; el protagonista es el lector, que empieza diez veces a leer un libro que por vicisitudes ajenas a su voluntad no consigue acabar. Tuve que escribir, pues, el inicio de diez novelas de autores imaginarios, todos en cierto modo distintos de mí y distintos entre sí: una novela toda sospechas y sensaciones confusas; una toda sensaciones corpóreas y sanguíneas; una introspectiva y simbólica; una revolucionaria existencial; una cínico-brutal; una de manías obsesivas; una lógica y geométrica; una erótico-perversa; una telúrico-primordial; una apocalíptica alegórica. Más que identificarme con el autor de cada una de las diez novelas, traté de identificarme con el lector...».
La verdad de las mentiras de Mario Vargas Llosa.
La verdad de las mentiras de Mario Vargas Llosa es una apasionante recopilación de ensayos sobre grandes obras de la literatura universal. Con agudeza crítica y estilo elegante, Vargas Llosa explora cómo la ficción, lejos de alejarnos de la realidad, nos permite comprenderla mejor. El autor defiende el poder transformador de la literatura. Este libro es una invitación a leer con profundidad y a valorar la imaginación como una forma de verdad. Ideal para amantes de los libros que buscan entender por qué leemos.
La vida es una y tiene límites. La lectura de novelas los revienta y lo que era una se convierte en mil, infinitas. Ése es el mayor poder de la literatura y este libro nos hace participar de él.
«Ese espacio entre nuestra vida real y los deseos y las fantasías que le exigen ser más rica y diversa es el que ocupan las ficciones.»
La vida es una y tiene límites. La lectura de novelas los revienta y lo que era una se convierte en mil, infinitas. Ése es el mayor poder de la literatura, y este libro nos hace participar de él.
Lolita, Muerte en Venecia, El corazón de las tinieblas, Manhattan Transfer, Trópico de Cáncer y El tambor de hojalata son sólo algunas de las obras del siglo XX de las que nos habla Mario Vargas Llosa en estas páginas. Revela con sus palabras la íntima relación de su lectura con las posibilidades de ampliar nuestra experiencia vital.
A estos ensayos se añade un prólogo -con reflexiones lúcidas y apasionadas sobre el sentido de la ficción- y un epílogo. Este espléndido cierre resulta toda una incitación al placer de leer además de una inmersión en las opiniones del autor, uno de los escritores más geniales de nuestro tiempo, sobre la función de la literatura y el presente y el futuro del libro.
¡Feliz Día del Libro!
Este 23 de abril, celebremos que los libros que nos emocionan, nos inspiran o simplemente nos hacen compañía. Pero también aplaudamos a quienes se atreven a escribirlos, con todo lo que eso implica.
Y si tú, si estás dudando entre escribir o no escribir… ya sabes: siempre elige la tinta.
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